72 Sellos y Firmas Angelicales – Coro Querubines – Angeles del 65 al 72

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Coro Angélico Querubines – Ángeles del 65 al 72.

 

65.- Damabiah

(Dios fuente de Sabiduría)

Damabiah es el primero del coro de Querubines y se ocupa en Yesod de los asuntos relacionados con Jojmá; sitúa en nuestra morada filosofal nº65 la esencia llamada Fuente de Sabiduría. La función principal de los Querubines de Yesod es la de construir imágenes.

Los Querubines de Hod escriben el guión de nuestras vidas. Ese guión es introducido en Yesod, el cual procede a su filmación y a su proyección en el mundo material. Por su vertiente positiva, Damabiah envía a Jojmá el fruto de las experiencias vividas gracias a las esencias que esa esfera introdujo en anteriores intervenciones. Por su vertiente negativa, Damabiah le añade, al guión ya terminado, lo que podríamos llamar un toque de sabiduría antes de que lo escriturado por Hod/Mercurio llegue a su plasmación final.

Invocaciones (Hebreo-Latín-Español)

חזור, אדוני, עד מתי… אני מרחם על עבדיך

Revertere Domine donec cum… Misereor servorum tuorum.

Vuelve Señor, hasta cuando…. Ten piedad de tus sirvientes.

(Salmo 90, versículo 13 Biblia Hebrea).

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66.- Menakel

(Dios que secunda y mantiene todas las cosas)

Menakel es el segundo del coro de Querubines y se ocupa en Yesod de los asuntos relacionados con Binah; sitúa en nuestra morada filosofal nº66 la esencia llamada Conocimiento del Bien y del Mal.

Los dones de las esferas nos vienen de nacimiento, de modo que hay en nosotros ocho moradas que reciben esencias de las ocho esferas de oficio, sin necesidad de pedirlas.

En el comienzo de la Creación, las esferas sólo contenían unos principios que el Dios Creador les había inoculado, de acuerdo con la sabiduría acumulada en el anterior Día de Manifestación (Kabaleb se refiere aquí al Tercer Día de la Creación).

Invocaciones (Hebreo-Latín-Español)

אל תעזוב אותי ה’ אלוקי אל תסור ממני

Ne derelinquas me, Domine Deus meus, ne discedas a me.

No me desampares, oh Señor: Dios mío, no te alejes de mí.

(Salmo 38, versículo 21. Biblia Hebrea).

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67.- Eyael

(Dios delicia de los niños y de los hombres)

Eyael es el tercero del coro de Querubines y se ocupa en Yesod de los asuntos relacionados con Jesed; sitúa en nuestra morada filosofal nº67 la esencia llamada Transubstanciación, que significa a la vez cambiar una sustancia por otra y transferir las propiedades de una sustancia a otra. En este caso, la sustancia que se transfiere es el Fuego y la que recibe la transferencia es el Agua.

En un primer momento, el Agua combate el Fuego, son dos elementos hostiles, radicalmente enemigos. Poco a poco, se van integrando y cuando se realiza la plena integración, aparece la fecundidad que expresan las regiones de la tierra donde el Sol y el Agua son abundantes. Júpiter y Jesed es el planeta encargado de esa conciliación, ya que la esfera pertenece al mundo de Emanaciones, cuyo elemento es el Fuego, del que es 2º He, y al mundo de Creaciones, cuyo elemento es el Agua, del que es Yod.

Invocaciones (Hebreo-Latín-Español)

בקשו מה’ את משאלותיכם, והוא יתן לכם את משאלות לבכם

Quaere desideria tua in Domino, et dabit tibi desideria cordis tui.

Busca tu deleite en el Señor y él te concederá las peticiones de tu corazón.

(Salmo 37, versículo 4. Biblia Hebrea).

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68.- Jabuiah

(Dios que da con liberalidad)

Jabuhiah es el cuarto del coro de Querubines y se ocupa en Yesod de los asuntos relacionados con Gevurah; sitúa en nuestra morada filosofal nº68 la esencia llamada Curación.

El don que nos trae Jabuiah es el de insuflar en nosotros los principios de la conservación de la salud. Es el don que procede de Gevurah, que tanta responsabilidad tiene en la pérdida de la salud, porque es la esfera que, a título de ejecutor de Júpiter, hace que arraigue en nosotros el deseo, un deseo sin leyes y sin normas, el cual, una vez instalado en nuestra naturaleza interna, succiona todo lo que, en el exterior, propicia la satisfacción de ese deseo.

Invocaciones (Hebreo-Latín-Español)

הַלְלוּיָה הלל את ה’ כי טוב הוא כי לעולם חסדו

Alleluja. Laudate Dominum, quoniam bonus, quoniam in aeternum benevolentia eius.

Aleluya. Alabad al Señor, porque él es bueno, porque su benevolencia es eterna.

(Salmo 106, versículo 1. Biblia Hebrea).

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69.- Reohael

(Dios que ve todo)

Reohael es el quinto del coro de Querubines y se ocupa en Yesod de los asuntos relacionados con Tiferet; sitúa en nuestra morada filosofal nº69 la esencia llamada Restitución. Es el regalo de Tiferet que consiste en la disposición interna de dar a cada uno de los actores de nuestra vida aquello que legítimamente le pertenece. En el curso de la vida nos aprovechamos muchas veces de aquello que no nos pertenece.

Invocaciones (Hebreo-Latín-Español)

יהוה נחלתי וכוס שלי; אתה בעצמך מבטיח להון שלי

Hereditas mea Dominus et calix meus; tu ipse meam fortunam spondet.

El Señor es mi herencia y mi cáliz; eres tú quien garantiza mi suerte.

(Salmo 16, versículo 5. Biblia Hebrea).

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70.- Yabamiah

(Verbo que produce todas las cosas)

Yabamiah es el 6º del coro de Querubines y se ocupa en Yesod de los asuntos relacionados con Netsah; sitúa en nuestra morada filosofal nº70 la esencia llamada Alquimia, que nos permite transmutar todos los metales, empezando por los que componen nuestro propio organismo.

Es el regalo que nos viene de Netsah y que supone la posibilidad de cambiar las piezas de nuestra naturaleza, una por una, cuando están usadas y maltrechas. Los antiguos alquimistas, inspirados por Yabamiah, trabajaban en la fabricación del oro y al explicar sus métodos solían decir que, para fabricar oro, es preciso disponer de una cantidad infinitesimal de ese metal. Si ese oro interno existe, un día todo en nosotros será oro, pero si no llevamos dentro una minúscula partícula de ese metal, toda la operación fracasará.

Pues bien, Yabamiah pone en nosotros ese oro que procede de Jojmá y se manifiesta materialmente en Netsah. En sus días y en sus horas, Yabamiah sitúa en la correspondiente morada filosofal esa esencia que nos permitirá albergar en nuestro organismo las más elevadas fuerzas creadoras.  Nuestro cuerpo material está formado por todos los metales existentes en el mundo, desde los más groseros hasta los más puros.

Invocaciones (Hebreo-Latín-Español)

בראשית ברא אלוהים את השמים ואת הארץ

In principio creavit Deus caelum et terram.

En el principio Dios creó el Cielo y la Tierra.

(Génesis versículo 1)

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71.- Hayayel

(Dios dueño del Universo)

Hayayel es el séptimo del coro de Querubines y se ocupa en Yesod de los asuntos relacionados con Hod; sitúa en nuestra morada filosofal nº71 la esencia llamada Armas para el Combate. Con este genio estamos a punto de desembarcar en Malkuth, el mundo material, puesto que el último se limitará a dejarlo todo atado y bien atado, y tendremos que arreglárnoslas solos en el mundo de Acción, administrando los valores que los distintos genios han situado en nuestras moradas internas.

Invocaciones (Hebreo-Latín-Español)

פי ירב בהלל ה’; אשבח אותו בתוך ההמון

Abundábit os meum in laude Dómini; in media turba laudabo eum.

Mi boca abundará en alabanzas al Señor; en medio de la multitud, lo alabaré.

(Salmo 109, versículo 30. Biblia Hebrea).

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72.- Mumiah

(Final de todas las cosas)

Mumiah es el octavo y último del coro de Querubines y se ocupa en Yesod de los asuntos relacionados con el propio Yesod; sitúa en nuestra morada filosofal nº 2 la esencia llamada Renacer. Mumiah se encarga de cerrar las puertas de un ciclo; de encerrar en nuestro tubo catódico interno las pulsiones emitidas por los distintos centros, reconvirtiéndolas en imágenes que aparecerán en la pantalla de nuestro televisor personal. Pero, al mismo tiempo, pondrá en ellas el germen de una nueva vida. Es ley natural que cada fruto contenga las semillas de una nueva floración. Mumiah deposita en nosotros lo que ha de ser el fermento del futuro, compuesto por agentes de sus legiones que, introducidos en la morada filosofal correspondiente, hacen que en aquello que termina renazca una nueva vitalidad.

Invocaciones (Hebreo-Latín-Español)

שובי נפשי לשלום כי ה’ ממלא אותך בטוביו

Revertere, anima mea, in pacem, quia Dominus te suis bonis adimplet.

Vuelve, oh alma mía, a la paz, porque el Señor te llena de sus bendiciones.

(Salmo 116, versículo 7. Biblia Hebrea).

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