Felicidad

Según el diccionario de la Real Academia Española de la lengua (RAE), el término “Felicidad” tiene las siguientes acepciones:

  1. Estado de grata satisfacción espiritual y física.
  2. Persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz. Mi familia es mi felicidad.
  3. Ausencia de inconvenientes o tropiezos. Viajar con felicidad.

Pero, ¿qué entendemos la mayoría de los mortales por “Felicidad”?

La meta del ser humano, en general, es ser feliz. Feliz con lo que piensa, feliz con lo que dice y feliz con lo que hace pero estas tres cosas no siempre van unidas.

Lo que pensamos…

Todos tenemos nuestros propios pensamientos, equivocados o no. Pensamos que siempre tenemos la razón en todo lo que decimos sin darnos cuenta de que en frente hay otra u otras personas que piensan de manera igual a nosotros en algunos casos y de manera diferente en la mayoría.

Pensamos a diario en cómo deberían ser las cosas, las personas, su manera de actuar, de comunicarse, de expresarse, de sentir… Pero la realidad es que cada uno de nosotros vivimos en nuestro propio universo, cada uno pensamos de una manera diferente y entendemos la felicidad de distinta manera.

Lo que decimos…

Una vez que pensamos, nos expresamos (si bien es cierto que hay personas que da la sensación de que primero “dicen” y luego “piensan”). No todos tenemos la misma forma de expresar o de decir a los demás las cosas que pensamos, de hecho cada persona se expresa a su manera.

Existen personas que dicen lo que piensan, otras piensan mucho lo que dicen, otras esperan a saber lo que piensan los demás para decir sus pensamientos, otras que no dicen nada de lo que piensan y lo más curioso de todo es que existen personas que dicen justo lo contrario de lo que piensan.

Lo que hacemos…

Una vez que pensamos, lo decimos y actuamos. Esta sería realmente la secuencia lógica pero hablamos de personas…, la lógica es algo que no existe.

  • Podemos pensar algo, decirlo y hacerlo.
  • Podemos pensar algo, decirlo y no hacerlo.
  • Podemos pensar algo, no decirlo y hacerlo.
  • Podemos pensar algo, no decirlo ni hacerlo.

Esto entra dentro de lo normal pero…

  • Podemos pensar algo, decirlo y hacer todo lo contrario.
  • Podemos pensar algo, no decirlo y hacer todo lo contrario.
  • Podemos pensar algo, decirlo y hacer lo que nos dicen que hagamos.
  • Podemos pensar algo, no decirlo y hacer lo que nos dicen que no tenemos que hacer.
  • Podemos pensar algo… y no hacer nada.

Y así con todas las variables posibles.

Todos queremos un “Futuro Feliz”. Esta sí que es una combinación complicada: “Futuro” y “Felicidad”. A menudo me preguntan por el futuro y yo siempre digo lo mismo:

“De qué futuro me hablas si ni siquiera sé lo que voy a hacer mañana

¿Esto quiere decir que no pienso en el futuro?, nada más lejos de la realidad. Lo que pasa es que no me obsesiona. A mis años, el futuro es algo que viene “después de hoy”, es decir…, mañana. Ya no hago planes a largo plazo porque he llegado a la conclusión de que la vida ya se encarga por sí sola de llevarme por unos caminos u otros y que conste una cosa, yo no creo en el destino ni en que todo está escrito. Si creyera así estaría asumiendo que haga lo que haga en la vida todo me llevaría al mismo sitio y yo me niego a eso. Creo que cada persona hacemos nuestro futuro día a día y lo vamos construyendo con lo que pensamos, decimos pero sobre todo con lo que hacemos.

¿De qué sirve tanto «pensar», tanto «decir» si luego no hacemos aquello que pensamos o decimos?, ¿lo hacemos para quedar bien con los demás?, ¿para ser aceptados?, ¿para construirnos “un mundo feliz” ficticio al que abrazarnos día a día cuando nos mirarnos al espejo cada mañana?

¿Eso es la felicidad?, sinceramente creo que no.

¿Y qué decir de cuando a pesar de pensar de una manera y de decirlo, llega otra persona, te manipula y consigue que hagas todo lo contrario de lo que piensas y/o dices?

Siempre me han gustado las ciencias esotéricas, y como me gustan, creo que todas aquellas personas que se dedican a ello deberían ser conscientes de que sus palabras y consejos pueden llevar a algunas personas a hacer cosas que ni piensan, ni dicen. Tan sólo la justificación de “una futura felicidad” no es suficiente razón como para dejar de pensar por nosotros mismos, de decir lo que pensamos y de hacer las cosas tal como las hemos pensado y dicho. Es decir…, de luchar por nuestra propia felicidad con aquello o aquellas personas con las que realmente nos sentimos felices. Lo demás es una excusa de nuestros miedos internos.

Yo no doy nunca consejos, no me creo una persona tan importante para hacerlo. Puedo dar mi opinión pero nunca aconsejo a nadie qué debe hacer o qué no debe hacer. Como he escrito varias veces, yo siempre sigo la frase de mi admirado Joaquín Sabina…

“… qué consejos voy a darte yo que ni siquiera sé cuidar de mí…”

Hace unos días…, llegó a mí un gráfico que resume perfectamente lo que intento explicar, se trata de una imagen de Mahatma Gandhi con una frase sobreimpreasa. Sinceramente, ni siquiera sé si realmente la frase es suya pero lo que sí sé es que estoy totalmente de acuerdo con ella.

«… La felicidad se alcanza cuando

lo que uno piensa,

lo que uno dice y

lo que uno hace

están en armonía…»

Resumiendo…, la felicidad la tenemos que buscar día a día y la mejor manera para conseguirla es ser coherentes con nosotros mismos. Si pensamos de una manera y somos capaces de decirlo, ¿por qué no hacemos lo que pensamos y decimos?

¡Atrévete a ser Feliz!

Blog, Pensamientos que nunca debieron salir de mi cabeza.


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2 comentarios

Me gusto lo escrito en este pensamiento que mas que el mismo me pareció, una pequeña historia de aprendizaje y de reflexión a tomar de forma positiva.

Saludos.

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Thanks for the article post.Really thank you! Great.

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