Mañana será otro día
La mente humana es como un pasillo con muchas puertas. Unas abiertas y otra cerradas bajo llave.
Lo “normal” sería que todas se pudieran abrir para ver el interior de las diferentes estancias pero en ocasiones se cierran y no conseguimos encontrar la llave pero claro… ¿qué es lo normal?
El concepto “normal” ha cambiado en los últimos tiempos. Ha pasado de algo habitual a simplemente a aquello que nos dejan hacer y la mayoría de las personas simplemente se acomodan y se dejan llevar por aquello que les dejan o no les dejan hacer en cada momento.
Eso sí… todos hablamos y se nos llena la boca con esa otra palabra que tanto nos gusta… “libertad” pero… ¿somos realmente libres? Yo sinceramente, creo que no. Todos tenemos unas normas, que nos guste o no, debemos seguir cual rebaño obediente a las órdenes de nuestro pastor y lo mejor de todo es que creemos que hacemos o dejamos de hacer cosas porque pensamos que lo hacemos libremente.
Cada día que pasa, creo que la verdadera felicidad consiste en ignorar la realidad. En no pensar por qué sucede esto o aquello. En no preguntarse constantemente el por qué de las cosas y no dar mil vueltas a una realidad que nos niega todo aquello que añoramos como si de una broma de mal gusto se tratara. Como si no tuviéramos derecho a esa parcela que teóricamente nos corresponde o ¿quién sabe? A lo mejor es que en algún momento de la vida perdimos la llave que da acceso a esa puerta que nos conduciría directamente a esa mal llamada “felicidad”.
Hace tiempo, cada vez que paseaba por ese pasillo, todas las puertas se abrían, pero con el paso de los años se fueron cerrando y al intentar abrirlas otra vez, me di cuenta de que le habían colocado cerraduras. Entonces empecé a buscar entre mis llaves pero ninguna abría aquellas cerraduras. Iba de puerta en puerta, llamando por si alguien en el interior escuchaba los golpes pero no contestaba nadie. En ocasiones hasta terminaba dando patadas para ver si alguna puerta se abría, pero cada vez que lo lograba, terminaba en una habitación vacía con las ventanas condenadas con rejas que lo único que me permitía era ver el exterior pero sin posibilidad de salir. Entonces me agarraba con rabia a los barrotes y me ponía a gritar desesperado con la esperanza de que alguien escuchara mi voz hasta que la noche llegaba y la oscuridad volvía a cubrir un cielo sin estrellas.
No pasa nada… Mañana será otro día.
…y pasado mañana, otro más.
«Mañana será otro día» es un texto original de 1331ocho registrado en SafeCreative con el número 191227275532c y pertenece al Volumen 3 de Pensamientos… que nunca debieron salir de mi cabeza.
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