Hace unos días leí este texto en el estado del Whatsapp de una persona a la que creía conocer…, «Aprendí».

¿De verdad aprendemos de nuestros actos?, me gustaría pensar que sí pero cada día que pasa tengo más dudas.

¿Cuántos de vosotros o vosotras utilizáis la cabecera o el estado de vuestras redes sociales para mandar mensajes subliminales a otras personas?

Personalmente, creo que esto tiene un peligro que no sé si valoramos… Dicen que no hay palabras mal dichas, sino mal interpretadas. Cuando escribimos algo, por lo general pensamos que la persona o personas destinatarias del mensaje lo van a entender tal y como lo escribimos y sintiendo las mismas emociones que sentimos en ese preciso momento pero…, eso no es así en la inmensa mayoría de las ocasiones.

Un mismo texto, una misma frase, una misma palabra leída por diez personas diferentes adquiere otros tantos significados. La comprensión lectora, más allá de la simple transcripción de las palabras incluso puede llegar a depender de nuestro estado de ánimo en el momento en el que las leemos.

Otro peligro…, cuando mandamos mensajes subliminales a otras personas, no nos damos cuenta en muchas ocasiones que también lo van a leer otras muchas. El simple hecho de que lo lean no es importante, el problema es que se pueden sentir aludidos/as o identificados/as y pensar que “ellas” o «ellos” son los destinatarios del mensaje y eso puede llegar a crear confusión y algún que otro problema. ¿Quién sabe?, a lo mejor es lo que se pretende…

El texto en sí, personalmente me parece bonito y hasta podría estar de acuerdo con el mensaje, pero…

¿De verdad la gente aprende esas cosas o sólo es un “texto” con el que quedar bien y que los demás crean que somos personas íntegras y profundas?, ¿cómo pueden hacer gala de este texto personas que son capaces de dejar tiradas en la más absoluta de las miserias a aquellos a los que un día dijeron que querían?

Posiblemente todo es mentira desde el principio. Siempre he dicho que el hecho de repetir una y otra vez una mentira no la convierte en verdad. Las palabras se las lleva en viento y lo que realmente quedan para la historia son los hechos. Para bien o para mal.

Otra frase del texto…

“Adiós» no significa el punto final.

¿Y qué significa?

“Adiós” es adiós, es decir, una despedida; pero para siempre. Puede que yo sea un poco radical en este aspecto pero “Adiós” es adiós.

Hay personas que piensan que pueden manejar a su antojo a otras sin ningún remordimiento. Lo más curioso es que en un porcentaje muy alto, ni si quiera son conscientes del daño que hacen a los demás. Simplemente “tienen que mirar por su futuro”. Y lo hacen, valla que si lo hacen. Son el centro del universo, todo lo que ellas o ellos dicen o hacen son para y por su futuro sin darse cuenta de que “ese futuro” ya era presente convirtiéndolo en pasado volviendo a girar una y otra ver 360º en busca de “ese futuro ideal” que claro…, como no ven más allá de sus narices, nunca conseguirán verlo.

Por otro lado, dice el texto que las historias comienzan con un sueño y que jamás debemos dejar de soñar pero…, ¿soñar dormidos o despiertos?

De tanto soñar, se nos pueden pasar los días, la realidad y al final te puedes quedar realmente dormido y al despertarte el sueño se puede ir y lo peor es que puede ser que ya no vuelva nunca más.

Existen personas muy soñadoras, viven en un constante sueño. Despertad, leches!!!, que no fuisteis capaces de daros cuenta de que el sueño ya se había hecho realidad pero claro…, como seguíais soñando, pasó de largo y se fue.

Otra frase…

“Un capítulo puede convertirse en un libro completo”

En esto podría estar de acuerdo pero, ¿ese libro lo lees o lo dejas de adorno en la librería año tras año?, ¿de qué sirve un libro cerrado?

Los libros son para leerlos, para vivirlos, para disfrutar con ellos, para aprender, para llorar, para reír, para… Es curioso, eso se llama “vida real”.

Qué buenas personas somos o, qué buenas personas pretendemos que los demás crean que somos. El problema es que la realidad es otra, ¡cuánta falsedad se esconde detrás de esos “estados” de las Redes Sociales!, ¡cuánta mentira!

Quien sabe…, a lo mejor nos hace sentirnos mejor pero, ¿nos creemos nuestras propias mentiras?, ¿nos auto engañamos día a día para tener la conciencia tranquila?

En fin…, que cada uno saque sus propias conclusiones. Posiblemente éste sí que es un “Pensamiento que nunca debió salir de mi cabeza”.

Blog, Pensamientos que nunca debieron salir de mi cabeza.


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