Bandera de la Comunidad de Navarra
En 1910, Campión, Altadill y Hermilio de Oloriz, diseñaron la actual bandera de Navarra, que ese mismo año aprobó la Diputación de Navarra y que fue reconocida por la Ley Orgánica de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra(LORAFNA), de 10 de agosto de 1982, que establece en su artículo 7.2: «La bandera de Navarra es de color rojo, con el escudo en el centro.«1
Asimismo, el escudo de Navarra está formado por cadenas de oro sobre fondo rojo, con una esmeralda verde en el centro de unión de sus ocho brazos de eslabones y, sobre ellas, la Corona Real, símbolo del antiguo Reino de Navarra.
La bandera de Navarra viene usándose como símbolo del territorio desde 1910. Se eligió el color rojo para el paño por ser éste el color del campo del escudo.
Con anterioridad no existió propiamente una bandera de Navarra sino un estandarte real, un símbolo personal del rey que incluía sus armas. La primera noticia del fondo rojo de una bandera data de mediados del siglo XIV cuando los soldados del rey Carlos II de Navarra, que intentaron adueñarse de París, llevaban en sus boinas distintivos de este color, según refiere Martín Larrayoz. Posteriormente, Luis Correa, cronista del Duque de Alba durante la conquista en 1512, menciona una enseña del mismo color cuando indica:
“en la delantera trescientos hombres de armas a pie con una bandera colorada con ciertas bandas de oro en ella a la cual todos aguardaban y juraron de no la desamparar”
Escudo de Navarra
El escudo de Navarra está formado por cadenas de oro sobre fondo rojo, con una esmeralda en el centro de unión de sus ocho brazos de eslabones y, sobre ellas, la Corona Real, símbolo del Antiguo Reino de Navarra.
Su adopción en 1982 y la regulación de su diseño gráfico en 1985 culminó una larga historia de varios siglos de evolución y desarrollo como emblema heráldico, y que se remonta a mediados del siglo XII, con la adopción de la moda heráldica por el rey Sancho VI de Navarra como evidencian ejemplares conservados de sus sellos personales. Su sucesor Sancho VII de Navarra adoptó una figura heráldica en forma de un águila que no tuvo continuación, pues Teobaldo I de Navarra recuperó el señal anterior que fue difundiéndose a través de representaciones en forma de escudo defensivo donde solía detallarse el blocado y refuerzo del mismo. Este detalle gráfico con el tiempo adquirió significado emblemático y fue incorporado al código heráldico con el nombre de carbunclo, figura que representaría a los emblemas de Navarra durante toda la Edad Media.
En la época Moderna, y en paralelo con la evolución cultural de los usos heráldicos, que fueron perdiendo su significado denotativo original, el carbunclo derivó en la figura con carga simbólica de las «cadenas de Navarra», que prevaleció finalmente al quedar fijada en la memoria colectiva con un legendario episodio de la batalla de Las Navas de Tolosa de 1212.
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Fuentes: