La Siembra

Por muy duro que sea, llega un momento en el que tienes que parar, reflexionar y cambiar de rumbo dejando atrás aquello que no pudo ser a pesar de las veces que lo intentaste, que no fueron pocas.

Llega un momento en el que la conclusión a todo tu esfuerzo y dedicación es… ¿y para qué he perdido yo tanto tiempo en personas que no merecen la pena?

Posiblemente la pregunta no es del todo correcta porque sí, sí había gente que merecía la pena, y mucho. El problema es que unos pocos, ávidos de poder y de seguir haciendo “nada por todo” son capaces de destruir día a día esa ilusión con la que hacías las cosas y poco a poco van minándote hasta que llega el día en el que explotas y dices:

“Hasta aquí hemos llegado…”

Y sí, hasta aquí hemos llegado. Estoy cansado de todo. Estoy cansado de sonrisas falsas que se convierten en puñales cuando das la espalda. Estoy cansado de hablar y mediar entre aquellos que no tienen intención de arreglar nada. Estoy cansado de que se pongan en mi boca palabras que nunca he dicho. Estoy cansado de ver personas para las cuales, su único propósito en la vida es salir en una foto y que cuando se les pide ayuda… huyen como cucarachas de la luz, no vaya a ser que tengan que mancharse las manos. Estoy cansado de estar cansado.

A todos “aquellos” y “aquellas” que de una manera u otra os deis por aludidos, solo os puedo decir una cosa:

 ¡Por algo será…! —y lo sabéis.

La conciencia, eso que se supone que nos hace humanos, hay veces que brilla por su ausencia, pero bueno… Tened mucho cuidado con aquellas personas de aspecto dulce, mirada cándida y bellas palabras…, son los peores. Son aquellos que continuamente te van a decir lo que quieres oír. El problema es que lo hacen con todos y eso no puede ser. No se puede decir a alguien que “algo” es de color marrón y al hablar con el siguiente decir que es rosa, eso es algo que llevo mucho tiempo viendo y ya estoy cansado… muy cansado.

Lo peor de todo es que dejo algo que me gusta de verdad, algo con lo que he disfrutado como un niño en los últimos años. Algo que siempre he dicho que me salvó la vida en uno de los momentos más duros de mi existencia, pero es que ya no puedo más, no quiero explotar y antes de que eso ocurra prefiero retirarme y dejar paso a los que vienen empujando. Prefiero ser yo el que se vaya porque no quiero ser un problema para nadie y sé que si me quedo, terminaré siéndolo, si es que no lo era ya.

Eso sí, lo único que os pido es que no destrocéis aquello que costó tanto esfuerzo que no desapareciera y a todos y todas las que os fuisteis por la puerta de atrás cuando más se os necesitaba…, por lo menos  tened la dignidad de estar calladitos y/o calladitas y no os subáis ahora al carro del triunfo. Pensar que algún día, alguien os hará lo mismo y ese día no os podréis quejar, porque estaréis comiendo de vuestro mismo plato.

Me quedo con las innumerables tardes con risas, cabreos, emociones y mil y un sentimientos que el escudo que llevas en el corazón te puede llegar a ofrecer. Me quedo con esos jugadores y jugadoras con los que tanto he disfrutado en partidos, entrenamientos, viajes, torneos… ya fuera desde la grada, desde el banquillo, desde la mesa de cronometraje, haciendo fotos a pie de pista (las veces que me ha podido regañar un árbitro porque decía que molestaba) preparando tantas y tantas cosas que hay que preparar para que “esa gente” pueda sentarse en “esa grada” y que muy poquitas personas ven y menos aún son las que lo reconocen.

Me quedo con ellos y ellas que hasta en ocasiones me han hecho llorar, (unas veces de alegría y otras de tristeza) a los que tantas y tantas fotos les he podido llegar a hacer para carteles, fichas técnicas y distintos reportajes de cientos de partidos a lo largo de estos años. ¡Joder… lo que me he podido reír con tod@s ell@s y lo que he sufrido a veces!

Me quedo con esos “goles” dedicados por esos fantásticos chavales y chavalas que me han puesto nudos en el estómago, me quedo con esos abrazos de alegría tras ganar un partido y con esas miradas hacia abajo tras perder. Es muy difícil enumerar miles de sentimientos en unas simples líneas, lo siento.

Todo esto es algo que la gente que solo se sienta en una grada junto a una bolsa de pipas a ver un partido y que en ocasiones se hace la foto con el alcalde, alcaldesa o concejal de turno (por supuesto, hecha por el tonto de siempre) nunca va a poder entender pero no importa… eso es algo que ya nadie me podrá quitar nunca.

Que se dé por aludid@ el que tenga que darse… Dicen que no hay palabras mal dichas, sino mal interpretadas y soy consciente de que se van a mal interpretar, sobre todo por alguna persona que por educación me voy a callar pero que debería hacérselo mirar porque no se puede ser tan mala persona, no se puede ir criticando y difamando como si eso fuera un deporte. Muchas veces me he preguntado si estas personas en casa siguen siendo así. Desde luego si lo son… madre mía… compadezco a sus parejas. El ser humano es así y yo no soy una excepción. Posiblemente soy el ser más imperfecto de la creación, lo que pasa es que a pesar de todos mis defectos, que son innumerables… hay algo que nadie en mis cuarenta y ocho febreros me ha podido decir a la cara…

Nadie me ha podido llamar falso y por desgracia, yo tengo una lista de falsos y falsas muy grande a los que decirles algún día que su falsedad será lo que dejarán de recuerdo a los demás pero claro… ese día también lo negarán y es muy posible que sea otro quien sufra las consecuencias. Si lo pienso bien, hasta los admiro. Son capaces de llenarse de mierda hasta el cuello y salir limpitos de todo. Nunca he conseguido saber cómo lo hacen y para ser sincero… creo que no quiero saberlo.

En fin, posiblemente la palabra que resume todo esto es “cansancio”. Estoy cansado física y psicológicamente y ya no tengo más fuerzas. Mi enhorabuena a tod@s aquell@s que día a día habéis ido sembrando, ahora es tiempo de recoger. Pero cuidado…

“Lo que se siembra… se recoge”

Y sí… había y hay mucha gente que merece la pena. A todos vosotr@s os deseo el mayor de los triunfos, os pido perdón por las veces en las que he podido equivocarme y muchas gracias por haberme aguantado durante estos años.

Y como siempre digo:

“lo aquí escrito no es ni verdad ni mentira,

…simplemente es mi verdad”

Blog, Pensamientos que nunca debieron salir de mi cabeza.


«La Siembra» es un Texto original de 1331ocho registrado en SafeCrative con el número 1904210709069 y pertenece al Volumen 2 de Pensamientos… que nunca debieron salir de mi cabeza.

Imagen de fondo del logotigo 1331ocho by: Alexandra Haynak



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